Estos objetos se transforman en símbolos de poder, un poder anónimo, reconocible desde la distancia y que no requiere de ninguna explicación para su presencia, en muchos casos son incuestionables, en otros aparecen como un fenómeno caprichoso impuesto sobre el espacio publico. Estos objetos, que son fácilmente adquiribles por cualquier ciudadano se transforman en una herramienta para alterar su entorno, son un discurso tácito que con su sola presencia logran afectar momentáneamente el comportamiento de la ciudad.
Cono de una empresa de valet parking apropiandose de la via publica.
Cinta residual encontrada entre objetos de recicladores.
Niña utilizando material de señalizacion para amarrar las flores.
Cancha de futbol.
Convoy de bicicletas.